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Ángela Lara vuelve a ponerse de pie tras 30 años gracias al deporte y la constancia

Publicado por Alicia Rivas el

Diagnosticada a los 13 años con mielitis vírica, Ángela perdió la movilidad de cintura para abajo y pasó meses en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. Tres décadas después, y tras un intenso trabajo de entrenamiento personalizado junto a Sergio Olmo, ha logrado lo que parecía imposible: levantarse sin ayuda de bitutores. Su historia es un ejemplo de superación y una llamada a la práctica de ejercicio físico adaptado como herramienta para mejorar la calidad de vida.

Ángela Lara vuelve a ponerse de pie tras 30 años gracias al deporte y la constancia

Fue a los 13 años cuando Ángela Lara fue diagnosticada con mielitis vírica de etiología no filiada, un diagnóstico médico que describe un tipo de inflamación de la médula espinal causada por un virus, pero en la que no se ha identificado con precisión cuál es el virus responsable. Años después, se cree que pudo ser producida por una alteración genética que la indujo a sufrir un infarto medular.

Todo comenzó una mañana lluviosa, un fuerte latigazo en la espalda y una posterior debilidad de piernas, “en cuestión de minutos, perdí totalmente la movilidad de cintura hacia abajo y la sensibilidad. Al tratar de levantarme, me caí al suelo”, recuerda Ángela. Tras su paso por el Hospital Santa Bárbara de Puertollano, el Hospital del Carmen de Ciudad Real y el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, fue trasladada al Hospital de Parapléjicos de Toledo, donde finalmente permaneció ingresada 5 meses.

La realidad en Toledo fue un cambio radical para Ángela, “de estar encerrada en la planta de Neurocirugía de adultos del Gregorio Marañón, a hacer rehabilitación, terapia para valerme por mí misma en las actividades de la vida diaria” y también, cómo no, a cursar y finalizar sus estudios de 8ª de EGB gracias al profesorado del Hospital toledano. 

Sería entonces cuando recuperó cierta movilidad aunque no sensibilidad, de la que cuenta que, en su caso, es parcial, no distingue el frío ni el calor pero sí es capaz de percibir el tacto en las piernas. “Gané algo de movilidad de cintura para abajo, pero para conseguir ponerme de pie, lo hacía con unos bitutores -dispositivos diseñados para ayudar a mantener alineadas y estables las extremidades inferiores, normalmente piernas y rodillas, en personas con problemas de postura, debilidad muscular o alteraciones neurológicas- y un andador”. Con este aparato quedó patente su debilidad en las caderas, además de necesitar ayuda para ponerse dichos bitutores y mover el andador.

Gracias a la inclusión de un corsé, Ángela podía mantenerse erguida con el andador durante “un rato”, indica, pero recuerda como “una odisea” el proceso ya que necesitaba ayuda para colocarse los bitutores, ponerse de pie y mover el andador. La vida de Ángela siguió cumpliendo metas y objetivos, finalizando sus estudios en el instituto, y cuando terminó COU se decantó por Ciencias Matemáticas que cursó en la UNED, fue entonces cuando abandonó la rehabilitación poco a poco. 

Con el paso de los años, dejó atrás la inactividad para asistir a sesiones de fisioterapia una vez por semana, hasta que a finales de 2023, leyó acerca de un estudio de electroestimulación que se iba a llevar a cabo en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, dirigido a personas con lesiones medulares incompletas como la suya, y se decidió a participar. Reconoce que los efectos de las corrientes no fueron muy significativos, aunque sí que recuperó “algo de sensibilidad de rodilla hacia abajo, y algo de movilidad”, aunque Ángela opina que pudo ser más por la práctica de deporte, que por la propia electroestimulación. 

Agosto de 2024, el cambio definitivo

2024 fue el año en el que, gracias a una amiga de su hermana, tomó contacto por primera vez con un entrenador personal. Fue en el mes de agosto, y desde entonces Sergio Olmo llegaría a su vida para revolucionarla y marcarle continuos retos que superar. “Todo un acierto”, como lo define Ángela.

Tras un exhaustivo estudio de sus informes médicos y la consulta con una fisioterapeuta, Sergio empezó con la rutina de Ángela, comenzando a realizar trabajo y ejercicios de fuerza y a hacer cardio, con lo que consiguió los primeros resultados: “aunque no me movía del sitio, levantaba los pies del suelo como si estuviese caminando”, destaca con ilusión. “Hemos ido consiguiendo muchas cosas y me encuentro fenomenal, independiente de que me ponga o no de pie. El estado de salud que he conseguido es un cambio radical”. 

El entrenamiento se ha traducido en una mejora notable de la espalda, reducción de contracturas y disminución y mejora de las escaras que sufre, y que la impiden permanecer más de tres horas sentada. Ahora, “en cualquier sitio que pueda ponerme de pie, no me obliga a buscar una cama para tumbarme”. En su trabajo como funcionaria del Ayuntamiento de Almodóvar del Campo, dispone de un horario de jornada partida que le permite adaptar sus necesidades médicas al mundo laboral.

Tanto Ángela como Sergio en su rol de profesional del deporte inciden en lanzar un mensaje muy claro: la práctica deportiva, adaptada a las necesidades y patologías de cada uno, es fundamental. Sin embargo, en base a su experiencia a lo largo de los años, Sergio ha detectado uno de los grandes hándicaps que existen: “la gente con este tipo de patologías, por lo general, o no suele venir al gimnasio o le cuesta mucho dar el paso”.

Ahí radica el cambio, incide Sergio, que “Ángela ha sido capaz de dar el paso. Sabemos que muchas patologías no tienen solución, pero sí mejora dentro de la capacidad de cada uno”. Destaca de ella su constancia en la práctica deportiva y sus ganas de mejorar, tanto psicológica como física y emocionalmente gracias al deporte. 

En su caso, y tal vez pueda extenderse a más pacientes, situación que desconocemos, los médicos rehabilitadores que la trataron hace años, “no veían correcto que hiciese ejercicio en un gimnasio o fuera de las sesiones fisioterapia pensando que me podía lesionar o perjudicar”. 

¿Puede ser este uno de los motivos por los que, profesionales como Sergio, puede contar con los dedos de una mano las personas con patologías a las que ha ayudado y continúa haciendo? El mensaje que tanto Ángela como Sergio quieren mandar hoy en esta entrevista, es que la práctica deportiva adaptada es una de las mejores decisiones que se pueden tomar. Siempre con la consulta de un profesional con experiencia que nos traslade sus consejos y recomendaciones. 

Evolución del mundo de la salud y su relación con el deporte

El mundo de la salud, el deporte y las terapias han sufrido una gran evolución con el paso del tiempo, quizá lo que no era aconsejable hace unos años, ahora se ha convertido en recomendación. Recordamos otras entrevistas realizadas a personas con enfermedades crónicas como el lupus o la artritis reumatoide en las que inciden en la necesidad de realizar ejercicios adaptados a cada patología, y la mejora que supone su práctica.

“Es fundamental que haya una coordinación entre médicos, rehabilitadores, entrenadores personales, fisioterapeutas, para que trabajen todos juntos y se consigan más cosas que las que estamos consiguiendo”, señala Ángela. En su caso, trabajan conjuntamente Sergio, como preparador físico, y María, que trabaja como fisioterapeuta en la Clínica Kinemap, con la que el gimnasio mantiene una estrecha relación, y ambos profesionales tienen un contacto directo en el que analizan la evolución de Ángela.

Sergio recuerda la primera vez y los primeros contactos mantenidos con Ángela, “en ningún momento afrontamos el intentar volver a andar. El objetivo era fortalecer en general, tener mejor calidad de vida, tener sensaciones, mejorar las conexiones nerviosas con los músculos. Simplemente ponerse en forma”. Más tarde, “vimos que podíamos tener más avances, estímulos que estaban ahí y que había que trabajarlos. Fue cuando empezamos a dar pasos en la dirección de ‘creo que nos podemos levantar, vamos a intentarlo’”.

Hasta entonces, Sergio reitera que la idea principal era como la de cualquier otra persona con patología o sin ella, ponerse en forma y retomar hábitos saludables, y con el paso de las sesiones, se dieron cuenta de que Ángela “era un diamante en bruto que se podía pulir”

El plan inicial de entrenamiento consistió en introducir trabajo de fuerza paulatinamente, favorecer la movilidad y sobre todo, fortalecer el abdomen o el core, como se le llama en la práctica deportiva, y que es crucial para la ganar estabilidad y equilibrio. Se comenzó también con la rehabilitación y estímulo de las articulaciones del tren inferior, con el objetivo de activar la musculatura de las piernas. 

El hecho de que Ángela pueda ponerse de pie se explica con la constancia de un trabajo clave realizado en el gimnasio: el fortalecimiento del abdomen para conseguir el equilibrio del cuerpo a través de unos ejercicios enfocados a la faja lumbar, espalda dorsal y glúteos, zonas que tenía afectadas. Trabajo y constancia por los que Ángela ha apostado desde un principio, que rápidamente aumentó sus sesiones a tres días por semana. Tres días en los que lejos de dejarse llevar por la pereza, se desplaza en su coche desde Almodóvar del Campo hasta la localidad vecina de Argamasilla de Calatrava donde se ubica el Centro de Deporte y Ocio ‘La Pista’. Esto le sirve de reseteo mental y para llenarse de fuerzas y energías con las que afrontar el trabajo y la vida cotidiana.

Constancia, constancia y constancia

Levantar el colchón para meter las sábanas mientras haces la cama puede parecer un pequeño avance, que no lo es, pero éste sumados a los muchos otros experimentados por Ángela, hacen de su vida un mundo mejor. No tiene miedo de los retos que continuamente le propone su entrenador personal, se lanza a ellos sin miedo y con la mirada fija en la mejora de su calidad de vida. 

“Esto es lo que debería ver la gente. Tengo una lesión incompleta, he conseguido ponerme de pie, pero después de 30 años de no moverme, este es el gran logro”, manifiesta la heroína de una historia compartida. “Más allá de andar, lo que ha hecho es ganar calidad de vida”, sentencia Sergio.

Constancia es una palabra que se repite a lo largo de la entrevista, constancia para mejorar tu calidad de vida a través del deporte, constancia para ganar autonomía, constancia para no necesitar ayuda durante la transferencia de la silla al coche o al sofá a disfrutar de tu familia; y esto, como dice Ángela, “lo puede conseguir cualquiera con una lesión completa”.

Mensaje claro y contundente

“No es una curación, sigo teniendo mi lesión medular y continúo con sus secuelas. Lo que sí he conseguido es ponerme de pie sin bitutores, algo que no conseguía desde hace 30 años y lo he conseguido ahora”, comienza Ángela, por eso reitera en su mensaje, la mejora que supone la práctica deportiva en la salud. “Se pueden conseguir cosas, siempre dentro de tus limitaciones, pero seguro que puedes mejorar. El deporte no solo mejora a las personas a nivel físico, sino también a nivel anímico”, reincide Sergio. Solo hay que dar el paso.

Puedes escuchar la entrevista completa con Ángela y Sergio en nuestros podcast en las plataformas iVoox y Spotify.

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