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Un 54,3% de las mujeres con discapacidad en el medio rural sufren soledad no deseada

Publicado por Alicia Rivas el

El estudio ‘Las personas con discapacidad residentes en el medio rural’ realizado por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) tiene como propósito contribuir al análisis de la situación y necesidades de las personas con discapacidad que residen en el medio rural. 

Un 50,6% de las mujeres con discapacidad en el medio rural sufren soledad no deseada

De él se extrae que el entorno rural presenta una serie de factores que, en comparación con las áreas urbanas, dificultan el acceso de sus habitantes a los servicios fundamentales que les corresponden como parte de la ciudadanía. Estas dificultades están estrechamente vinculadas y, en ocasiones, se refuerzan mutuamente con fenómenos como la despoblación, la inestabilidad laboral, la escasez de infraestructuras y servicios, la disminución de vínculos familiares y afectivos, así como diferentes formas de aislamiento. Todos estos elementos contribuyen a situaciones de exclusión social que afectan especialmente a las personas con discapacidad, aumentando su vulnerabilidad en estos entornos.

Existe acuerdo sobre que la intersección de la discapacidad y la ruralidad suponen un mayor riesgo de vulnerabilidad y discriminación. 

Soledad y aislamiento

El 27,4 % de las personas con discapacidad que residen en el medio rural vive sola (260 336 personas). De este grupo, el 62 % es mujer y el 47 % se encuentra en el grupo de edad de 80 y más años. De acuerdo con el Barómetro de la soledad no deseada en España, vivir solo/ sola aumenta el riesgo de soledad no deseada. Por otro lado, los datos de este Barómetro apuntan que las personas con discapacidad sufren una prevalencia de soledad no deseada 30 puntos superior a las personas sin discapacidad (50,6 % frente a 19,1 %). Las mujeres con discapacidad afirman sentir soledad no deseada en mayor proporción que los hombres (54,3 % mujeres frente al 45,7 % hombres), según estudios realizados por la Fundación ONCE y la Fundación AXA en 2024. 

En 2021, Otaola destacaba que las mujeres con discapacidad en el medio rural enfrentan un mayor riesgo de soledad y de dificultades para entablar vínculos sociales, distinguiendo la situación diferente entre las mujeres con discapacidad congénita y las que tienen una discapacidad sobrevenida. Las mujeres con discapacidades congénitas suelen ser vistas como “el bicho raro” en su entorno, especialmente en la etapa escolar, lo que limita sus oportunidades de amistad mientras que las mujeres con discapacidades sobrevenida han tenido más oportunidades de establecer amistades antes de adquirir la discapacidad, aunque estas relaciones pueden deteriorarse debido a las barreras de accesibilidad y la falta de comprensión sobre su condición. 

Según indicaba Otaola, las dinámicas sociales del medio rural, el desconocimiento sobre la discapacidad y la precariedad económica, representan obstáculos significativos para la integración social de las mujeres con discapacidad en este entorno, afectando también la posibilidad de establecer y mantener relaciones de amistad o afectivas.

Movimiento asociativo

Las personas con discapacidad y sus familias a través de su movimiento asociativo vienen reivindicando desde hace tiempo una estrategia estatal de desarrollo rural inclusivo que fomente la participación, el acceso a derechos y el bienestar social de las personas con discapacidad en entornos rurales

La Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad (CDPD) fija especial interés en las personas que viven en zonas rurales en tres de sus artículos: en el artículo 9, sobre accesibilidad universal, en el que se establece que los Estados Partes adoptarán medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones. Los artículos 25 y 26 en los que se trata acerca del derecho a la salud, a la habilitación y rehabilitación y el acceso de las personas con discapacidad a servicios de salud, la promoción de programas que faciliten la independencia y participación social, acercando estos servicios a las personas con discapacidad en sus propias comunidades, incluyendo las zonas rurales.

La inclusión de las personas con discapacidad pasa por su presencia y participación en los distintos ámbitos de la vida social como el empleo, la educación, el ocio y las relaciones personales.

Ámbito territorial

Andalucía, Castilla y León, Galicia, Castilla-La Mancha y Cataluña son las comunidades con más de 100 000 personas con discapacidad en el medio rural. Extremadura (57,8 %), Castilla y León (51 %), Navarra (47,9 %) y Castilla-La Mancha (47,7 %) presentan los mayores porcentajes de personas con discapacidad en zonas rurales respecto a su población total de discapacidad.

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