Con el objetivo de conocer el estado de situación de la inclusión de las personas con discapacidad en las universidades españolas, la Fundación ONCE ha elaborado este informe valorando las necesidades, expectativas y retos futuros que quedan por afrontar en este asunto.

A pesar de que la inclusión de las personas con discapacidad en las universidades españolas ha experimentado una evolución positiva en los últimos años, como se comprueba ante el aumento de matriculación del alumnado con discapacidad durante la última década, se ha detectado que siguen presentes algunas prácticas prejuiciosas y estereotipos capacitistas.
Existen algunas barreras, como las actitudes negativas de una parte del profesorado que dificultan el progreso del alumnado con discapacidad, entre otras, por la renuncia o el desinterés en solicitar adaptaciones como consecuencia de la estigmatización que puede suponer: la percepción de que es una facilidad o ventaja respecto al resto del alumnado.
Para solventar esta cuestión, se reclama la formación en inclusión y atención a la discapacidad tanto del profesorado como de la comunidad educativa, considerada clave para promover la sensibilización y un cambio de actitudes en la materia y poder ofrecer así una respuesta adecuada que garantice los derechos.
Según dicta el informe, otros de los problemas es la situación de los Servicios de Atención a la Discapacidad, bastante crítica debido a la falta de recursos y de personal técnico para atender el volumen actual de personas con discapacidad y los nuevos perfiles detectados, principalmente alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE) y con trastornos de salud mental.
Uno de los equipos rectorales consultados manifiesta que “están desbordados en la mayor parte de los casos, porque afortunadamente, las personas con discapacidad, cada vez acude más a la universidad y, sin embargo, los servicios, en muchos casos, se mantienen como los que teníamos hace 15 años en cuestiones de personal”.
Por ello, una de las demandas del sistema universitario es un sistema de financiación adecuado que acompañe la ejecución de las medidas y que garantice la calidad de la atención en estos servicios.
La falta de accesibilidad universal de todos los espacios, de los materiales y de los contenidos digitales y el diseño, es considerada como una asignatura pendiente y una de las causas que explica la preferencia del alumnado en la matriculación de universidades a distancia.
Prácticas académicas curriculares y extracurriculares
El alumnado con discapacidad tiene más dificultades para la realización de prácticas curriculares y extracurriculares, debido al menor abanico de ofertas disponibles conforme a su situación y por los problemas en las adaptaciones al puesto necesarias.
Esto dificulta la inclusión a lo largo del progreso universitario.
Qué dice la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU)
En materia de accesibilidad, las universidades deben garantizar a personas con discapacidad un acceso universal a los edificios y sus entornos físicos y virtuales, así como al proceso de enseñanza-aprendizaje y evaluación, según avanza la Ley Orgánica del Sistema Universitario, que también garantiza la reserva de, al menos, un 5% de la oferta de enseñanzas en títulos universitarios oficiales de Grado, Máster Universitario y Doctorado para estudiantes con discapacidad.
En materia de equidad, las universidades favorecerán que las estructuras curriculares de las enseñanzas universitarias resulten inclusivas y accesibles. En particular, adoptarán medidas de acción positiva para que el estudiantado con discapacidad pueda disfrutar de una educación universitaria inclusiva, accesible y adaptable, en igualdad con el resto del estudiantado, realizando ajustes razonables, tanto curriculares como metodológicos, a los materiales didácticos, a los métodos de enseñanza y al sistema de evaluación
Además, indica que las universidades promoverán el acceso a estudios universitarios de las personas con discapacidad intelectual y por otras razones de discapacidad mediante el fomento de estudios propios adaptados a sus capacidades.
Sin embargo, a pesar de la LOSU, las políticas inclusivas y el reconocimiento de los logros alcanzados se perciben como brechas y desafíos. Queda de manifiesto, por tanto, la necesidad de seguir avanzando para conseguir la inclusión educativa que aún se considera insuficiente para garantizar una respuesta acorde a las necesidades de las personas con discapacidad.