La participación en el mercado laboral reflejada en la tasa de actividad es aún mínima entre los jóvenes con discapacidad, alcanzando un porcentaje del 23,9%, frente al 34,5% registrado para todas las personas con discapacidad. Además, esta cifra ha descendido ligeramente desde 2015, cuando la tasa de actividad entre los jóvenes con discapacidad se situó en un 25,1%.
Entre las causas que subyacen a este descenso de la tasa de actividad de los jóvenes con discapacidad se encuentra una prolongación de la etapa formativa ante la falta de expectativas profesionales y unas dificultades crecientes para encontrar un primer empleo en un mercado cada vez más competitivo. Cabe destacar, asimismo, que entre los jóvenes españoles la participación en el mercado laboral (36,9%) supera en 13 puntos porcentuales a la de aquellos que tienen discapacidad, (23,9%).
La crisis de la COVID dibuja un futuro más oscuro
Según la OIT, los jóvenes se han visto afectados de forma desproporcionada por la crisis del coronavirus y corren un elevado riesgo de arrastrar sus efectos durante toda la vida laboral. Se habla del riesgo de que el legado de la COVID-19 se perpetúe entre los jóvenes y emerja una “generación del confinamiento” que tenga que hacer frente a los efectos del virus durante toda su vida laboral.
¿Qué sucede en este escenario con aquellas personas que ya se encontraban en situación de riesgo de exclusión social antes de la pandemia? Es el caso de los jóvenes con discapacidad, quienes tradicionalmente han tenido que sortear numerosos obstáculos para acceder a un mercado laboral aún desigual, debido a prejuicios y estereotipos muy arraigados en el imaginario social, así como a un desfase entre su formación y las necesidades empresariales.
Hoy, además de las tradicionales dificultades, los jóvenes con discapacidad tienen que hacer frente al terremoto económico derivado de la crisis del coronovirus. Gran parte de los sectores y puestos en los que habitualmente encontraban empleo, aún se están recuperando de los envites de la COVID-19 y con perspectivas de futuro inciertas: servicios de alojamiento, venta, restauración o servicio doméstico, son algunos de los que más han visto caer su número de afiliados.
En la era pre-COVID se contabilizan 9.419 jóvenes con discapacidad inscritos como demandantes de empleo en España, según el informe El empleo de las personas con discapacidad 2019 (SEPE). “Su desempleo se cronificará si no se les acompaña en el proceso de búsqueda y se acometen medidas que les permitan conectar con las necesidades de un mercado en continuo cambio”- asegura Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.