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Aunque la historia de su vida comenzó con una negligencia en el parto que le generó una parálisis cerebral y la primera palabra oficial con la que le calificaron fue "subnormal", Álvaro Galán ha hecho de su existencia un ejemplo de superación. Lo ha compartido en Toledo en una jornada con empresas organizada por Inserta para promover la contratación de personas con discapacidad

Una negligencia en el parto convirtió a Álvaro Galán en una persona con parálisis cerebral. Su pediatra no dio importancia a sus síntomas hasta que no tenía más de un año. El mundo no estaba ni de lejos preparado para integrar a personas con su discapacidad. De hecho, su primer certificado de discapacidad lo calificaba como “subnormal”. Así. Una sola palabra como una sentencia condenatoria a cadena perpetua.

“El deporte me dio todo en la vida”

Pero él se negó a cumplir la sentencia y no solo estudió una carrera universitaria, Psicología, sino que además fue triatleta, compitió en las Paralimpiadas de Sidneyy hoy es entrenador de deportistas paralímpicos en la modalidad de boccia.

Álvaro Galán también forma parte de trainersparalimípicos, un grupo de deportistas paralímpicos y medallistas que trasladan a empresas, instituciones o colectivos profesionales las claves del éxito basada en la superación, como lo hacen los deportistas con discapacidad que llegan a la cumbre para cualquiera de ellos, ir a unas paralimpiadas.

Hoy ha participado en Toledo en la Jornada Empresarial organizada por Insertapara informar y concienciar a las pymes sobre la contratación de personas con discapacidad.

“El deporte me dio todo en la vida”, dijo. Con el deporte empezó a cambiar todo. Su testimonio fue escuchado sin pestañear por una sala de empresarios en absoluto silencio, que no perdían detalle de sus lecciones de vida y superación.

Se acercó al deporte para hacer amigos, porque llegada la adolescencia necesitaba salir del círculo de confort familiar y… Primera lección de su vida: “A los 14 años realicé mi primer aprendizaje importante, que mi ombligo no era más grande, ni más bonito, ni más redondo; era un ombligo más. Y con ese legado de humildad aprendes que muchas de las cosas que no podía hacer era porque no había tenido la creatividad suficiente o por exceso de protección, pero veía que compañeros mucho más afectados que yo físicamente las hacían”.

Descubrió en el deporte y luego aplicó en la vida, que “en un grupo diverso las soluciones y las propuestas son mucho más creativas”.

Y, ¿ahora, qué…?, la gran pregunta

Cursó Psicología y… “Llegó la primera crisis existencial de mi vida, la gran pregunta: y, ¿ahora qué? ¿qué hago yo con esta funcionalidad corporal que Dios me ha dado?; Dios o la enfermera negligente…”.

Pero Álvaro Galán encontró la respuesta: Pelear y superar obstáculos, con alguna que otro mentira piadosa a su madre, para que no fuera consciente de su lucha diaria contra el transporte público para llegar a su primer destino laboral. De nuevo el deporte le permitió superarse, porque “me había enseñado planificación“.

Luego vino un nuevo gran reto, superar las limitaciones que su inconsciente había ido acumulando como persona con discapacidad. “Las creencias más limitantes eran las inconscientes“, explicó Álvaro.

Y desgranó algunas frases tipo a las que personas con capacidades diferentes tienen que enfrentarse prácticamente desde que nacen y que van dejando huella en su inconsciente: “Pobrecito… ¡Con lo hombretón que podrías haber sido…! ¿Dónde vas alma de cántara…? Quita, que tú tardas mucho, mejor lo hago yo…”.

“El amor es lo que te ayuda a levantarte”

Encastillalamancha.es preguntó a Álvaro, después de oír el entusiasta relato de su vida, si nunca se había caído y, si lo había hecho, cómo había conseguido levantarse y superar tantos obstáculos como los que encuentra a lo largo de su vida una persona con parálisis cerebral.

“¡Hombre, claro que he pasado por esa situación de caerme y tener que levantarme, pero hay que pensar que no todo objetivo se consigue a la primera y cuanto te caes tienes que pararte a pensar qué te ha hecho caer y qué te hará levantarte”.

Y si no les ha quedado suficientemente claro, esto sí lo entenderán: “La respuesta la dieron los Beatles: All you need is love: El amor, sin lugar a dudas, es lo que te ayuda; el amor en todas las dimensiones que lo podemos ver: paternal, erótico, amor por la naturaleza…”.

Álvaro, ¿cuál es la mejor manera de conseguir que una persona con discapacidad se sienta plenamente incluida en un grupo en el que es la excepción. No duda: “Lo que define la inclusión es la igualdad de oportunidades y se consigue viendo y sintiendo a las personas antes que a las características que les adornan… Todos tenemos el mismo ciclo vital como seres vivos: nacemos, crecemos, algunos se reproducen, otros no, y todos morimos”.

El principio de Álvaro

Hoy tiene claro que formación y accesibildad universal son las principales vías para la inclusión, en su opinión y experiencia.

Estas convicciones y las absorbidas durante toda su vida le han llevado a elaborar lo que él mismo llama “el principio de Álvaro“, que dice que “en el proceso de inclusión los factores internos de las personas con discapacidad son mucho más fuertes que la influencia que tiene el exterior, como la fuerza con la que luchas con el cuello y la espalda por salir del agua cuando te hacen aguadillas. Son las mismas ganas que las que tenemos las personas con discapacidad de que alguien nos dé una oportunidad para trabajar”.

Más rendimiento, menos costes y entusiasmo contagiado en las empresas

Álvaro Galán también expuso qué pasa en una empresa que contrata personas con discapacidad y qué ventajas obtiene, porque, como él dice, “a nadie le amarga un dulce”: