Paqui Catalán, madre de Bernabé, que sufre una lesión medular, sólo pide que se haga justicia y que le ayuden en los tratamientos
La historia de Paqui Catalán es la de una madre coraje a la que la vida le cambió 180 grados hace seis años, cuando vino al mundo su hijo Bernabé, el pequeño de tres hermanos. A consecuencia de una supuesta negligencia, el niño quedó con graves lesiones y secuelas por una sepsis neonatal por estreptococo, es decir, una infección bacteriana que le provocó un síndrome de lesión medular torácica media con paraplejia, además de otras lesiones secundarias por un infarto isquémico, una gran escoliosis de la columna vertebral lumbar, pies equinos, epilepsia, etc... que le causan un retraso global del desarrollo y una discapacidad que le hace ser dependiente del grado máximo. Bernabé nació sano, pero la noche en que su madre y él fueron dados de alta tuvo que ingresar en el Hospital General de Albacete afectado de una meningitis bacteriana que le hizo entrar en coma a consecuencia de que el canal del parto de su madre estaba infectado por la bacteria estreptococo agalactiae.
El problema, asegura Paqui, estuvo en que no recibió antes del parto la profilaxis necesaria para prevenir la aparición de esta infección que se transmite al bebé, a pesar de que durante el embarazo la prueba a la que sometió para ello dio positiva. Para Paqui, «se trata claramente de una gran negligencia médica», motivo por el que inició esta lucha sin cuartel que le ha llevado a interponer una demanda por lo penal al Complejo Hospitalario Universitario de Albacete (CHUA) con el fin de que la aseguradora del Sescam asuma su responsabilidad por el error, dice, cometido en su día, pero cuyo procedimiento todavía está en la fase de instrucción judicial.
TRABAS.
Paqui Catalán ya no puede más, la situación le sobrepasa física y psíquicamente, y por eso ha decidido dar el paso de contarlo públicamente. El último acontecimiento que le ha tocado vivir ha sido la gota que ha colmado el vaso, ya que a raíz del último ingreso hospitalario de su hijo debido a la pérdida de conocimiento en la que lo encontró al despertarlo de la siesta, y el posterior traslado por una UVI móvil al hospital, cual fue su sorpresa cuando descubrió que en ninguna habitación de la planta de Pediatría del Hospital General existe un baño con ducha o bañera adaptada para personas con discapacidad o movilidad reducida, lo que le obligó a asear a su hijo en el suelo de una ducha.
«No es justo que un centro que acaba de hacer una reforma no cuente con al menos una habitación con un baño para que las personas que tenemos hijos con una discapacidad podamos asearlos con comodidad; tampoco es lógico que en el acceso al hospital junto a las escaleras no se haya instalado una rampa pensando así en las personas que van en silla de ruedas o en los cochecitos en los que los padres transportan a sus bebés», aseveró.
La madre no se rinde en esta lucha que califica de «agotadora e interminable», se derrumba y explota a llorar, pero sabe que no puede flaquear porque son muchas las necesidades de apoyo que precisa su hijo. Desde una silla de ruedas, un corsé, ingresos hospitalarios continuos y viajes al Hospital de Parapléjicos de Toledo, y son pocas las ayudas que recibe y muchos los obstáculos que se encuentra por el camino. Desde hace seis años se dedica las 24 horas a cuidar de su hijo, no puede trabajar, y además tuvo que abandonar su piso (un segundo sin ascensor) y buscarse una vivienda de alquiler adaptada a las lesiones de Bernabé.
Aunque recibe una prestación económica vinculada al servicio al amparo de la Ley de Dependencia, no es suficiente, porque su hijo necesitaría recibir a diario sesiones de fisioterapia, logopedia o terapia ocupacional para lograr una mayor autonomía. Sólo una vez a la semana se beneficia de una sesión de fisioterapia en Aspaym, sin contar las que recibe en el colegio Antonio Machado, donde está escolarizado los días que puede asistir debido a sus reiteradas convalecencias. Por eso, Paqui sólo pide que los responsables del error que causó lesiones de por vida a su hijo se hagan cargo de los costes del tratamiento rehabilitador de su hijo. Veremos si consigue que se «haga justicia».
A TENER EN CUENTA
El CHUA buscará bañeras o duchas adaptadas Bernabé y su familia han ganado la primera batalla en esta lucha de titanes que iniciaron hace seis años: el compromiso de la dirección del Hospital General Universitario de poner solución a la ausencia de una bañera portátil u otro sistema para hacer accesible y cómodo el aseo personal de los niños con alguna discapacidad o lesión motora en la planta de hospitalización pediátrica. Su gesto ante la cámara de nuestro reportero gráfico Rubén Serrallé así lo evidencia. Su batalla sigue y no se rinde, como tampoco su familia, con el apoyo entre otros del abogado que sigue la causa, Javier González, porque son muchas las necesidades de apoyo que precisa.
