Eduardo Rubio es el presidente de Asojove Tébar, en un pueblo que no llega a los 300 habitantes. Dice que la Ley regional de Despoblación es “insuficiente” y sus ventajas “ridículas”
“Estamos hartos de que nos pregunten si en el pueblo hay wifi. Es chocante en pleno siglo XXI”. Alejandro Eduardo Rubio es un joven conquense vinculado a la localidad de Tébar. Allí acaba de fundar, junto a un grupo de amigos, la asociación juvenil Asojove Tébar. La iniciativa agrupa a todos los jóvenes entre 14 y 30 años del municipio. Su objetivo es “luchar contra los prejuicios que hay en las ciudades sobre los pueblos” y “fomentar el arraigo de los jóvenes al pueblo porque es un buen lugar para vivir”.
La pandemia ha generado cierto movimiento ‘migratorio’ de las ciudades hacia los pueblos y en zonas despobladas como Cuenca se han dado cuenta de que puede ser una oportunidad de repoblación. La asociación juvenil local buscará también sumar apoyos en los pueblos de la zona. “Muchos jóvenes nos dicen que quieren participar”, dice Rubio que ejercerá de presidente del colectivo.
Ya tiene experiencia en lo reivindicativo tanto en el ámbito social como en el político. Fue delegado de alumnos en el campus de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca en 2021 y es viceportavoz de la Asociación Equipo Europa Castilla-La Mancha impulsada en 2019 por el Parlamento Europeo para promover la participación electoral en las Elecciones Europeas. De hecho, en este 2022 se celebra el Año Europeo de la Juventud y su trabajo se centra en lograr que “los y las jóvenes seamos verdaderos artífices del futuro de la Unión Europea”.
Además, fue en la lista que Ciudadanos presentó a las elecciones municipales en Cuenca en 2019. Actualmente forma parte de Cuenca Ahora, una de las plataformas ciudadanas fundadoras del movimiento España Vaciada en España que no descarta concurrir a las elecciones y que recientemente ha puesto en marcha un grupo juvenil.
Explica que la asociación comenzará por ‘atraer’ a los más jóvenes a través del ocio. “Tras la pandemia nos hemos dado cuenta que las necesitamos. Echamos en falta actividades organizadas para que los visitantes no puedan decir que los pueblos están muertos”.
Tébar no llega a los 300 habitantes y forma parte de esa España Vaciada en la que en verano multiplica su población. “Llegamos hasta los 1.500 habitantes y queremos poner nuestro granito de arena para que los jóvenes no se tengan que ir”.
Cuentan con el apoyo del ayuntamiento. “En el pueblo han recibido la iniciativa con entusiasmo. Tendremos reuniones con la voluntad de colaborar y para que puedan ayudarnos económicamente y en cuestiones organizativas”. Coincidiendo con las fiestas locales durante el fin de semana del 21 de mayo celebrarán asamblea general para dar los primeros pasos.
No es el único colectivo de jóvenes que nace al calor de la lucha contra la despoblación en la región. En Guadalajara, la asociación Rumbo Rural ya tiene camino trazado en este sentido. Eduardo Rubio cree que es “una necesidad que los jóvenes estemos dando un paso adelante. Hace falta relevo generacional y tienen que saber que también tenemos opinión e ideas”.
No se muestra nada convencido con la nueva Ley de Despoblación de Castilla-La Mancha. “El planteamiento es insuficiente”, asegura, y pone como ejemplo a su pueblo para criticar la distribución zonal del riesgo de despoblación que se aplica a la región siguiendo los criterios de la nueva ley. “Tébar está considerado como municipio en riesgo de despoblación. Nos coloca al mismo nivel que Villarrobledo, con una población infinitamente superior y luego vemos a Alarcón o a Honrubia situados en riesgo severo, también con una población mayor”.
Sugiere que las ventajas fiscales que aplica la ley a las zonas despobladas y que han entrado en vigor por primera vez para la Campaña de la Renta 2021 “son ridículas si se quiere atraer despoblación”.
