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La región, quinta por número de jóvenes discapacitados en paro

Publicado por mjose el Miércoles, 22 de Agosto de 2018

NTEGRACIÓN | LABORAL

La región, quinta por número de jóvenes discapacitados en paro

Según un estudio de Adecco y JYSK, Castilla-La Mancha cuenta con 535 desempleados de este tipo, un 6% del total en España. La superan Andalucía, Cataluña, Valencia y Madrid

J.A.J. / TOLEDO

Castilla-La Mancha es la quinta comunidad autónoma con un mayor número de jóvenes discapacitados en paro. Así se señala en un estudio sobre la integración laboral de este colectivo elaborado por la Fundación Adecco en colaboración con la empresa de mobiliario JYSK. En concreto, la región cuenta con 535 discapacitados menores de 25 años desempleados, un seis por ciento del total en España. Este grupo también representa el 1,8 por ciento de los jóvenes en paro de la región. La evolución del desempleo en Castilla La Mancha de menores de 25 años no ha variado apenas en los últimos años, manteniéndose estable desde 2014. En contraposición a este estancamiento en los datos de desempleo de jóvenes con discapacidad, en la misma región, el paro ha disminuido en más de cuatro puntos (4,4 por ciento) entre el total de los menores de 25 años. El dato parados jóvenes discapacitados en la región no es muy alentador, si se tiene en cuenta que las cuatro autonomías que superan a Castilla-la Mancha tienen una mayor población total. El informe no estima el porcentaje de parados respecto al conjunto de discapacitados jóvenes de cada región, y sólo ofrece los números absolutos de cada una . En el conjunto de España hay unos 8.937 parados de este tipo. La autonomía con más desempleados es Andalucía, con 2.039 (un 22,8 por ciento del total). La siguen Cataluña, con 1.341 (15 por ciento); Comunidad Valenciana, con 1.018 (11,4 por ciento), y Comunidad de Madrid, con 935 (10,5 por ciento). En otras palabras, estas cuatro regiones concentran a seis de cada 10 desempleados jóvenes con discapacidad. Cabe destacar que las regiones que menos parados de este tipo aportan al total español, exceptuando las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, son La Rioja, con 43 desempleados (un 0,5 por ciento del total); Navarra, con 95 (un 1,1 por ciento); y Asturias, con 160 (un 1,8 por ciento). HOMBRE Y PARADO DE LARGA DURACIÓN. En cuanto al perfil del desempleado joven y afectado por una discapacidad, responde al de un hombre (63 por ciento). Es significativo que, a nivel nacional, la mayor parte (27,7 por ciento) es desempleado de larga duración, es decir, lleva más de un año buscando empleo sin éxito. En concreto, el 14,5 por ciento lleva entre uno y 2 años en paro y un 13,3 por ciento supera los dos ejercicios. En cuanto al tipo de discapacidad, de los desempleados jóvenes, la mayoría presenta una de tipo físico (42 por ciento), seguido de un 23 por ciento con discapacidad psíquica, un 19 por ciento sensorial; un 11 por ciento intelectual y un 5 por ciento orgánica. En este sentido es significativo como la participación de los jóvenes con discapacidad en el mercado laboral continúa siendo exigua en España: su tasa de actividad es del 28 por ciento o, lo que es lo mismo, un 72 por ciento no tiene empleo ni lo busca, según el informe Jóvenes con discapacidad en España (INJUVE y CERMI) citado en el estudio de la Fundación Adecco y JYSK. La participación de los jóvenes sin discapacidad en el empleo, aunque baja (39 por ciento), es considerablemente superior a la de los primeros. La menor participación de los jóvenes con discapacidad en el mercado laboral no sólo se debe a las dificultades derivadas de su condición (elevada afectación, deterioro del estado de salud, etc), sino que tienen mucho peso las barreras psicológicas de carácter intrínseco (sobreprotección familiar, temor, inseguridades, etc) y extrínseco (discriminación por parte de la sociedad y las empresas). En efecto, el 40 por ciento de la población joven con discapacidad afirma haber sentido discriminación en el ámbito educativo y/o formativo, un porcentaje que, lejos de decrecer cuando llegan a la edad laboral, asciende hasta el 66 por ciento. Es decir, cerca de 7 de cada 10 jóvenes con discapacidad afirma haber sentido discriminación en los procesos de selección para acceder a un puesto de trabajo. «Se les cambió la cara cuando vieron que tenía una discapacidad» o «cuestionaron continuamente mi capacidad para poder ejercer el puesto y, aunque cumplía todos los requisitos, no volvieron a llamarme», son algunas de las respuestas de los encuestados. Los prejuicios y creencias estereotipadas conducen a muchos jóvenes con discapacidad a la inactividad (un 72 por ciento no tiene empleo ni lo busca). Entre aquellos que sí buscan trabajo, casi tres cuartas partes (67,9 por ciento) nunca ha tenido contacto con el mundo laboral, es decir, está buscando su primer empleo. En primer lugar, por una cuestión generacional, ya que están en los albores de su carrera profesional y, en segundo, por una mayor cultura del subsidio, es decir, en ocasiones, reciben una prestación económica que, si bien asegura su subsistencia, puede conducir a una búsqueda de empleo más laxa y prolongada, que perpetúa la dependencia y la inactividad. Asimismo, y en línea con los prejuicios mencionados, los jóvenes con discapacidad tienden a ver mermada su confianza laboral: un 52 por ciento cree que tardará más de un año en encontrar trabajo; seguido de un 26 por ciento que prevé estar entre 7 y 12 meses desempleado; un 17 por ciento que calcula que la tarea de encontrar empleo le llevará entre 1 y 6 meses y un 5 por ciento que opina que tardará menos de un mes. El nivel formativo es un factor determinante a la hora de garantizar el acceso al mercado laboral. A través del informe se ha podido podido radiografiar el nivel formativo predominante entre aquellos que tienen discapacidad y compararlo con el resto de las personas de su edad. Llama la atención la importante brecha existente entre los jóvenes discapacitados y el resto de personas de su edad. Un 11 por ciento de los jóvenes con discapacidad es analfabeto (sólo un 0,28 por ciento de los de su edad) y apenas un 2 por ciento cuenta con estudios universitarios, frente al 11,9 por ciento del resto. 

LA TRIBUNA DE ALBACETE

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